INFORMACIÓN:
Uso: Vivienda Social
Año: 2024
Área: 24,732m2
Rol: Diseño
Estado: Proyecto Conceptual
Ubicación: Zona 7, Ciudad de Guatemala, Guatemala
En colaboración: Arq. Alejandro Salazar y Arq. Melissa Mata
En 2015 la tragedia de El Cambray II, en la que más de 125 viviendas quedaron sepultadas por un deslizamiento de tierra en un barranco dejó en evidencia la gravedad de la situación. Actualmente existen otros 232 asentamientos informales repartidos en el área metropolitana, en donde viven aproximadamente 300,000 personas que se encuentran en condiciones de riesgo similares a las de El Cambray II (CONRED, 2015). Las acciones posteriores de las autoridades evidenciaron que sus intenciones para resolver este problema fueron marginar a estas comunidades en áreas recónditas en lugar de integrarlas al tejido urbano, facilitando el desarrollo y participación dentro de la ciudad. El proyecto propuesto busca identificar ciertos puntos clave que hay alrededor de la ciudad que pueden servir como localizaciones para la reubicación de barrios en riesgo a deslave para integrarlos al tejido urbano y social.
Simbiosis urbana
El arquitecto Alejandro Aravena aborda el tema de la vivienda social en Chile con el proyecto de Quinta Monroy construido en el año 2004. El arquitecto diseña en conjunto con el cliente, que será el usuario final de la vivienda, construyendo la mitad de una casa, y las bases para que el usuario pueda construir “la otra mitad” o expansión, de acuerdo a sus necesidades o capacidades económicas. El éxito del proyecto recae a la simpleza y flexibilidad de la propuesta, sin embargo, la mayor clave del éxito es la ubicación de las viviendas en proximidad al centro urbano. El arquitecto argumenta que la ciudad y sus residentes tienen “una relación simbiótica” donde uno se beneficia del otro, y ubicar a las familias en cercanía a las oportunidades y servicios que la ciudad puede ofrecer es fundamental para su desarrollo e incorporación al tejido social.
Gehl Architects, en la publicación “La paradoja de planificar la informalidad” comparte 5 lecciones de diseño urbano al estudiar la Villa 31, el barrio informal más grande y denso de Buenos Aires, donde reitera algunos de los puntos establecidos por Aravena. 1 - Evidencia como la proximidad e integración con la ciudad es importante, para tener acceso a empleo y servicios que ofrecen los centros urbanos, ya que la mayoría de proyectos de reubicación de barrios se lleva a las periferias o áreas residenciales cerradas. 2 - Un barrio puede conseguir gran densidad y al mismo tiempo ser acogedor para la escala humana, mediante la morfología y dimensión de las calles y edificios, al igual que activando el primer nivel con comercios. 3 - Además, las calles pueden ser espacios públicos seguros, siendo puntos de encuentro e interacción para los vecinos. 4 – La arquitectura que permite la multifuncionalidad de los espacios genera espacios que, además de ser un hogar, son plataformas para trabajar y generar ingresos económicos, 1 de cada 5 casas en la Villa 31 tiene un negocio. 5 – La flexibilidad de la arquitectura promueve la personalización de cada vivienda, permitiendo que los vecinos se puedan apropiar del lugar, brindando una personalidad y carácter único de lugar. 3
¿Cómo replicar en densidad?
Se identifica un punto clave en la zona 7 de la ciudad para la reubicación de algunos de los barrios para integlarlos al tejido urbano y social. Se propone un módulo de vivienda expandible, apilable y replicable, que permite la creación de conjuntos habitacionales y espacios comunes. El objetivo es generar densidad, flexibilidad y comunidad. La esencia de la propuesta radica en una comprensión profunda del módulo de vivienda, lo que permite reducir costos y ofrecer flexibilidad arquitectónica, facilitando la expansión según las necesidades de cada usuario. La estrategia de diseño se basa en 2 tipologías arquitectónicas las cuales funcionan de manera independiente una de la otra formando una “L”, se plantea que los módulos iniciales a entregar a las familias sean: 1 módulo en el primer nivel (familia 1 tipología 1), 1 módulo en el segundo nivel (familia 2 tipología 2). El módulo de la tipología 1 en el primer nivel se puede expandir hacia un costado, el módulo de la tipología 2 se expande en vertical. Integrando 2 familias, la torre es un supermódulo de 4 unidades para contar con 8 familias.
El uso de la arcilla como material evoca sistemas antiguos de construcción que aprovechan las propiedades térmicas de este material, en este caso implementado mediante la unidad de ladrillo. La comprensión exhaustiva del sistema constructivo basado en ladrillo permite optimizar el presupuesto, mejorar la eficiencia en la construcción, proporcionar protección térmica y fomentar la sostenibilidad, ya que la producción local de la arcilla lo clasifica como un material de kilómetro cero.